martes, 24 de diciembre de 2013

MI NAVIDAD

24 de diciembre: un túnel del tiempo. Treinta años de la misma instantánea. Paz interior porque no estás tú, por fin hoy me he dado cuenta. Comenzamos el año juntos, pero me culpas, porque tu lugar no es a mi lado. Bebes para ahogar tu vida, y como un demiurgo ebrio conviertes mi alegría en tristeza, las uvas en doce lágrimas y las guirnaldas en cadenas que ahogan mi alma. Mi regalo es este año una muñeca rota. El ciclo infinito del eterno renacer trae una nueva Navidad, y su espíritu sin ti es un soplo de esperanza y un intento de ilusión. Las guirnaldas volverán a ser adornos, las luces bullicio en las calles. La estrella de Oriente tiene un brillo especial, que me guía hacia un obsequio intangible: una esperanza, mi libertad.